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Cuidado de las heridas tras una cirugía

Una de las cosas que más preocupan a los pacientes operados y a sus familiares una vez que han sido dados de alta es como cuidar la herida quirúrgica. Los avances en las técnicas quirúrgicas actuales permiten dar el alta a los pacientes mucho antes de lo que se hacía hace sólo unos años, por lo que lo habitual ahora mismo es que el paciente se ha dado de alta sin que se hayan retirado los puntos o grapas de cierre.
En neurocirugía hay dos tipos principales de heridas: heridas en la cabeza y las heridas en la espalda y cuello.
Cuando el paciente es dado de alta es porque se ha comprobado que la herida tiene buen aspecto y que puede ser tratada en casa con unos mínimos cuidados higiénicos. En general, y esto vale para todas las heridas, las heridas han de mantenerse secas y limpias, Independientemente de su localización.
Actualmente se aconseja el uso de clorhexidina para realizar la cura, mejor que la povidona yodada, aunque salvo excepciones, ambos antisépticos pueden ser utilizados.
En general se aconseja que se proteja la herida de la luz solar durante al menos tres meses, para evitar su hiperpigmentación.

Heridas en la espalda:
Las heridas en la espalda tienen el gran inconveniente para el paciente que no son visibles para el paciente, Por lo que en general deben de ser curadas por una tercera persona. Esta heridas, independientemente de su longitud, se curan de manera similar.
Como hemos dicho antes es esencial que la herida se mantenga seca y limpia. Para ello se aconseja que el paciente se duche con el apósito puesto, y posteriormente se quite el apósito mojado, proceda a limpiar la herida con un antiséptico líquido una vez seca, y coloque de nuevo un apósito seco. Esta cura se hará al menos una vez al día.
En determinados casos y sólo con apósitos especiales (apósitos de silicona con plata) se darán instrucciones de mantener el apósito hasta que se despegue o haya datos de exceso de exudado.
No es bueno que la herida se mantenga debajo de prendas o materiales que no permitan transpirar ya que pueden macerar la herida, Por lo que en caso de que se haya aconsejado la utilización de un corsé plástico es necesario interponer entre la herida y el corsé, además de un a propósito, una camiseta de algodón.
Heridas en la región cervical anterior:
Estas heridas se curan de manera similar, Si bien en este caso, la cura la puede realizar el propio paciente. En muchos de estos casos se utiliza una sutura intradérmica, Sin puntos a la vista, pero que se refuerza con una serie de pequeños esparadrapos (SteriStrips®) que tienden a despegarse con el tiempo. Esto no tiene importancia alguna, siempre que la herida se mantenga, como hemos dicho, limpia, seca y cerrada.
En este tipo de heridas es importante mantenerlas secas limpias y protegerlas de la luz solar al menos tres meses, ya sea con apósitos especiales, ya sea con protección solar total.
Heridas en la cabeza
En estos casos se suele aconsejar realizar lavados de la cabeza cada 24-48 horas teniendo siempre cuidado de secar la zona quirúrgica cuidadosamente tras el lavado con un secador a temperatura media. La herida puede quedarse al aire sin necesidad de cubrirse.
No es infrecuente tras una intervención craneal que aparezca un acúmulo de líquido, sobre todo por las mañanas, al estar tumbado unas horas. Es recomendable dormir con la cabeza elevada y utilizar cintas elásticas (como las de tenis). Suele resolverse de manera espontánea, siendo datos de alarma que:
” Salga líquido claro por la herida.
” Aparezca fiebre.
” El paciente empeore.
” La herida se abra.
En caso de heridas por cirugías de fosa posterior, la posibilidad de que aparezca una fístula de líquido céfalo raquídeo (LCR) es mayor, siendo más importante entonces valorar la salida de LCR y detectarla tempranamente.

Datos generales de alarma:
La mayor parte de las queridas cierran sin ningún problema, pero tampoco es infrecuente la dehiscencia (separación de los bordes de la herida) o la infección superficial. Los puntos o grapas de sutura suelen retirarse a partir de los ocho días de la intervención.
Son datos de alarma que:
” La herida se abra.
” Aparezca secreción purulenta a través de la herida.
” Salga líquido claro de manera constante por la herida.
” Aparezca fiebre.
” Se produzca inflamación alrededor de la herida acompañado de calor y dolor.
Es normal que:
” Los bordes de la herida adquieran un color rojizo, siempre y cuando no se acompañe de aumento de tamaño (inflamación) o supuración o aparición de exudado abundante.
” La herida manche durante el primer o incluso el segundo día pero no es normal que persista este manchado, que aumente o que cambie de color.
Y recuerde que:
” La diabetes, fumar y la obesidad aumentan el riesgo de complicaciones infecciosas o retrasos en la cicatrización.
” Mantener la herida seca y limpia es necesario para una buena cicatrización.

En caso de duda es siempre mejor consultar al cirujano o acudir a un servicio de urgencias, y siempre hay que acudir a urgencias o al cirujano en caso de fiebre.